Una académia a abierto sus puertas y únicamente las bestias son bienvenidas a ella.
Los peores seres sobre naturales residen entre sus paredes. Desde vampiros, angeles caídos y hasta chicos con poderes sobre naturales.
Son llevados allí con la unic...
{El otro día estuve buscando canciónes que pegaran con la temática de está historia y vino a mi mente está preciosa canción de TXT, así que he querido añadirla en esté capítulo para que vosotros también podáis escucharla💕}
{Espero está semana poder subiros otro capítulo, ya que hoy comienzan mis vacaciones de navidad, así que tengo mas tiempo libre😄🎄}
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"ᴘᴏʀғᴀᴠᴏʀ, ᴀᴄᴇᴘᴛᴀᴍᴇ ᴄᴏɴ ᴍɪs ɪᴍᴘᴇʀғᴇᴄᴄɪᴏɴᴇs"
En verdad aquel lugar no era una carcel, ni siquiera se asemejaba a ella. Pero en aquel momento a Felix le parecía todo menos el cielo.
Le quemaban los ojos y sentía su garganta completamente seca. Se sentía fuera de si mismo, como si su propio cuerpo estuviera mutando.
Chilló, pero nadie apareció, haciendo que todas sus esperanzas se desvanecieran con el pasar de los segundos.
– ¿¡Felix, que te pasa!?– exclamó Changbin en cuánto entró en la habitación
Su corazón dio un vuelco al percatarse del estado del rubio. Tenía la cara sudada y los labios azulados, su cabello rubio caía sobre su frente y parecía encontrarse inconsciente.
– ¡Felix, despierta!– Chilló desesperado, mientras se arrodillaba para ayudarlo– Te lo ruego, despierta– susurró sosteniendole la cabeza
Changbin no era tonto, llevaba años trabajando ahí y sabía lo que le estaba pasando a Felix.
Así que no tardó en llamar a Seungmin para que le trajera las pastillas moradas.
Aunque aquello no era lo mas recomendable, para alguien que estaba despertando a su monstruo interior.
Pero era necesario si querían manter a todos seguros. Porqué los nefilims a veces podían llegar a ser muy peligrosos.
****
El rubio despertó a la mañana siguiente en una habitación que no era la suya, rodeado por tres sombras; su hermano, Changbin y un chico de pelo castaño.
– ¿Como te encuentras, Lixie?– le preguntó con suavidad su hermano, mientras se sentaba a su lado en la cama– ¿Te duele algo?
Felix debía admitir que se sentía extraño, le dolía un poco la cabeza y escuchaba un leve pitido a lo lejos, como un murmullo que le acechaba.
– Estoy bien– mintió
Los tres jóvenes sonrieron con la respuesta del rubio, felices de no haber perdido a uno más.
– Muy bien, pues te quedarás en está habitación para tenerte en observación, mañana podrás volver a la tuya– le explicó Changbin
