Parte Dos

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Y una promesa que se cumplió de inmediato, para sorpresa de Hak.

Soo-Won apareció el otro viernes tal como lo había mencionado, pero antes de ello Hak había perdido sus esperanzas de verlo, o al menos su mente le jugaba malas pasadas.

Cada vez que la campana sonaba, Hak volteaba a ver quién era de forma inconsciente, tanto así que se convirtió en el punto de enfoque de las burlas de Jae-Ha mientras se desatendía con sus otros clientes. Aunque él ya sabía cómo contraatacar mencionando al chico de cabello blanco que siempre iba y del cual Jae-Ha parecía estar bastante interesado —incluso si insistía que ese no era el caso—.

Cada vez que lo hacía, el rostro del peliverde se teñía de un rosa claro, así que después de un rato dejó de molestarlo con el tema y se dispuso a cumplir su función como jefe del bar, dejando a Hak en paz. Mas este en sí no podía tranquilizarse.

Aquel día pidió después de mucho tiempo una bebida con poco alcohol solo para relajarse un poco y no sucumbir en la ansiedad que lo consumía. También era su primera vez sintiéndose así, con las manos sudorosas y sin poder detener sus piernas temblorosas que no dejaban de moverse de arriba abajo en el asiento.

Y había escuchado de esos "síntomas" antes. Yona solía hablarle de ello cuando leía sus mangas de romance, algo sobre los famosos nervios ante una primera... cita.

¿Podía considerar aquello como una cita? No podía decirlo con exactitud, pero lo cierto era que sus nervios estaban a flor de piel.

Sin embargo, a pesar de todo eso, en el preciso instante en el que la campana del local volvió a sonar por milésima vez y lo vio por fin entrar, una imperceptible sonrisa apareció en su rostro. O bueno, al menos eso le dijeron Jae-Ha y Zeno porque en aquel momento Hak estaba en medio de un trance solo por verlo a él y ni siquiera fue consciente de la expresión que estaba haciendo.

Aunque estaba seguro de que era absurda. Y lo más probable fue que aquella noche se la pasó haciendo expresiones ridículas y bobaliconas porque cuando estaba junto a Soo-Won él no podía controlar lo que sentía. Ni esa ni las noches que le siguieron.

Fue ahí que Hak comenzó a percatarse cada vez más de lo que sucedía. Aunque el decirlo en voz alta aún no estaba en sus planes.

Soo-Won siempre se sentaba con él en cuanto llegaba y le dirigía una sonrisa tímida pero sincera. Bebían café juntos —el rubio no volvió a pedir alcohol como la primera vez—, hablaban de todo y a la vez de nada. En muchas ocasiones, por no decir la mayoría del tiempo, Hak lo único que hacía era verlo parlotear sin parar sobre su vida o cualquier cosa que se le viniera a la mente. Fue en esos instantes en los que aprendió a conocer mejor a Soo-Won, a pesar de llevar poco tiempo en conocerse.

Soo-Won amaba hablar, eso sí. Fue lo primero que notó en él. Sus labios no paraban de moverse, siempre tenía algo para decir y jamás había momentos de silencios incómodos; o en caso de haber silencios, siempre estaba la sensación de paz y de que todo estaba bien.

Sin embargo, Soo-Won parecía no hablar de ese modo con todo el mundo. No sabía muy bien la razón —aunque intuía algo—, pero por lo que pudo notar fue que era de los tipos que solían reprimirse cuando hablaba con alguien, quizá temiendo ser por completo el centro de atención.

No obstante, Hak tenía el impulso de decirle que no lo hiciera con él. Que a su lado, podía hablar incluso de las teorías conspirativas más alocadas de todas y aun así le parecería interesante. Él simplemente estaba encantado.

También, a través de sus largas conversaciones nocturnas, se enteró que Soo-Won era el hijo único del administrador general de una de las empresas más importantes del país. No sabía mucho al respecto, solo entendió que él sería el siguiente en ocupar el puesto de su padre, lo cual parecía ser más pronto de lo esperado porque este se encontraba en mal estado de salud. Y era por ello que debía estar en reuniones con frecuencia, además que tampoco podía descuidar la Universidad.

Cuando suena la campana |HakWoon - Akatsuki no Yona|Onde histórias criam vida. Descubra agora