Cuando tu mundo se basa en refugiarte en el placer que otros te pueden dar. Cuando tienes la estúpida idea de que el amor es una pérdida de tiempo, y lo que importa es disfrutar de la vida en la forma que quieras. Como si todos tuvieran la misma oportunidad de vivirla. Y llega ese algo que cambia tu mundo para bien. Pero llega demasiado tarde.