La vida de Emma estaba marcada por el dolor, aquel causado por los abusos de su padre. Aquellos que habían comenzado luego de la muerte de su madre, haciendo su vida una verdadera tortura. Sufría en secreto, nadie lo sabía y nadie debía saberlo. Estaba sola y era completamente infeliz, hasta que el retorno de su hermano a casa genero en ella una mínima esperanza de que su vida podía cambiar.