No sabría explicar esa chispa que se enciende cada vez que tu aroma atrapa mis sentidos y los vuelve tan suyos. No podría ser capaz de entender tu sabor amargo y dulce a la vez. No podría controlar las revoluciones que mi corazón da cuerda. No podría, pero de que te bebo y te quiero eso sí que lo entiendo, lo explico y lo puedo jurar. Tú, eres ese café que me hace sentir vivo. Y no sé si fue el destino, Dios o el famoso Cupido quien nos hizo coincidir en este presente. Pero le doy las gracias a quien sea, pues sé que hoy estás conmigo. Que no te cambiaría por nada en el mundo, ni por un té helado o un mocca. No te cambiaría querida, puesto que tú, eres el café de mi vida.