Por años, Abella pensó que los hombres eran monstruos, pero jamás supuso que pronto vendría uno de ellos a demostrarlo. Uno con quien se encontraría por casualidad, y con quien solo tenía una cosa en común: ambos huían, y no iban a volver.
Por años, Abella pensó que los hombres eran monstruos, pero jamás supuso que pronto vendría uno de ellos a demostrarlo. Uno con quien se encontraría por casualidad, y con quien solo tenía una cosa en común: ambos huían, y no iban a volver.
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque sea recibir unas buenas palabras de su familia, est...