"- ¿Por qué no te callas? - Mira Hello Kitty, cuando llegues a mi altura, me mandas callar. - ¿Tu altura? -reí- Por favor, me gusta la mía. - Sí. Las personas como tú llegáis a los mismos lugares sin agacharos que las altas poniéndose de rodillas. - Que te follen. - A eso me refería, más o menos."