El camino del destino puede volverse de muchos colores: azul, violeta e incluso arcoíris. Personas imperfectas caminan por ese sendero inexplorado, esperando encontrar a esa otra persona que le tenderá la mano y la ayudará a superar los obstáculos escondidos en el trayecto llamado vida. Porque todos tenemos un hilo rojo; porque todos esperamos que nuestro opuesto no esté muy lejos de nosotros. Personas completamente diferentes pueden amarse y continuar pintando juntos su destino de colores.