Alexander Blumenberg es inteligente, talentoso, germánico, millonario e irresistiblemente atractivo. Nunca lo vi como nada más que el amigo de mi hermano (además del protagonista de mis más descabellados sueños), hasta que una serie de sucesos, tanto alocados como ardientes, me obligaron a reconsiderar todo lo que alguna vez me había imaginado. A partir del momento en que puse un pie al otro lado de la calle, Alexander Blumenberg tomó las riendas de mi vida. ¿Será que alguna vez las tendré de vuelta?