Realmente nunca aprendemos amar, ni aprenderemos. No hay una forma correcta de hacerlo y por eso, cada quien lo hace de una forma completamente distinta. A pesar de eso, sigue siendo lo mismo. Un químico en nuestro cerebro, un sentimiento que nos obliga a querer más a otra persona que a nosotros mismo. Que tonto, ¿no? Poner a otros frente al ser que eres. Así eras tú con Nereah. Polos opuestos, atraídos por el magnetismo. Nereah era arte y tú un simple ser que adoraba su forma abstracta de ser.
6 parts