-¿Deprimido, eh? Quizás te pueda ayudar- Susurré casi en su oído. Lo escuchó reír con sorna -Sólo podrías ayudarme si tuvieras un millón para regalarme... Y dudo mucho que tengas un millón en el escote ¿o me equivoco?- -Tal vez no en el escote, pero en el banco sí- Él pareció sorprendido. Así que ella tomó una decisión. Éste hombre iba a ser su marido. Le extendió la mano. -Ailani- Susurró, repentinamente cerca, muy cerca de aquel extraño. Él sólo la miró intensamente, hasta después de varios segundos también murmuró su nombre. -Keithan- Keithan Lower, sexy, egoista y un completo mujeriego, no conocia el significado de los sentimientos y mucho menos el del amor. Su mundo se basaba unicamente en tres simples cosas: Dinero, mujeres y sexo. Según él su vida era perfecta, aunque su único problema era que necesitaba dinero, y la unica forma de conseguirlo era encontrando una esposa. Ailani Kein, hermosa, amable y heredera de la fortuna Kein. Ella tenia dinero y necesitaba un esposo. Ambos se complementaban perfectamente pero lo que no sabían era que el amor sería su salvación o tal vez su perdición.