Unidos por un Contrato (UNIDOS #1)

10. Problemas de familia

/AILANI KEIN/

Sentía que se encontraba en medio de una turbulencia de emociones. Y nadie la podia acusar de estar en lo incorrecto. Tenía ganas de gritar, y decir: ¡Alto! ¡Aquí me bajo yo!, del bus de la catástrofe.

Todo había comenzado por culpa de su gran bocota. Lo que había prometido era el fin de su virginidad, había finalizado con la pregunta cargada de inocencia por su parte. Por alguna extraña y aún desconocida razón, Keithan había tomado a mal, aquella pequeña virtud, según parecía para él, un defecto en ella.

Se había sentido tan humillada. Keithan pareció desilusionarse, en vez de entusiasmarse, como había pensado que sería. No estaba exigiéndole nada a cambio, en vez de eso, estaba infringiendo el contrato que ella misma había redactado con tanta cautela.

Pero por su boca aún no había finalizado su papel. No señor. Recién había comenzado.

Cuándo en medio de la desesperación, Keithan había comenzado a sacar sus maletas, completamente insensible a su realidad, casi con furia ante la actitud del que se suponía, era su "protector", había escupido la frase, casi sin pensarlo.

Cuándo un muy furioso Tyler, había llegado a la puerta, sintió que el corazón le había dejado de latir.

De inmediato había sentido que la sangre que le deambulaba por la cara, había sido drenada. Le faltaba la respiración y no había podido mascullar ni la primera letra del abecedario.

-Ailani. ¿Nos presentarás o sólo te quedarás ahí parada?- ¡Oh, debían agradecer que aún estaba parada! Sus piernas parecían de gelatina y estuvo a punto de orinarse ahí mismo.

Y es que ése era el efecto que causaba un muy sombrío Tyler.

/KEITHAN LOWER/

Cuándo escuchó una voz masculina, volteó rápidamente. Un hombre que le hacía una extraña cara, sin poder atinar de dónde lo conocía.

De todas maneras, sintió un aguijonazo extraño, al escuchar la familiaridad con el que éste hombre le hablaba a Ailani. Casi inconscientemente, escondió a Ailani detrás de si, y altaneramente preguntó.

-¿Quién es usted?-

Pero el hombre pareció ignorarlo.

-Ailani, maldita sea. Ven aquí a no ser que quieras que te lleve a rastras- Varias alarmas tintineaban en su cabeza. Debía proteger a Ailani de la rabia de este hombre.

-Usted no le va a hablar así a mi mujer, en nuestra casa, y mucho menos en mi presencia- Cada vez se sentía más irritado por la presencia de aquel hombre.

-¡Tú, cállate! ¡Este asunto es entre mi hermana y yo!-

Enseguida ató los cabos sueltos. La desesperación de Ailani era debido a que su familia, ya se encontraba tras su pista, muy, muy cerca de ella.

Fingió que aquella frase no lo había afectado en nada. La realidad era que casi había llegado al borde de perder la cordura.

-¿Ailani?- Le preguntó muy suavemente, sobre su hombro. –¿Es cierto que este hombre es tu hermano?- El parecido estaba ahí, ya lo sabía, pero eso no significaba que podía confiar en las aseveraciones de un hombre que sólo había decidido pararse frente a su departamento, a gritar como loco.

Ailani asintió, y pareció reunir el valor suficiente como para salir de detrás de él.

-Hola Tyler- Dijo con una voz pequeña, casi inaudible.

Pero Tyler estaba ciego, sordo y definitivamente no mudo.

Cuándo el golpe había caído sobre la mejilla de Ailani, era demasiado tarde para impedirlo. La palma abierta de Tyler, había recaído como hierro sobre el cachete, dejando roja la zona del impacto.