Sebastián Carpenter de 17 años, no creía en la magia de los cuentos de hadas, las mariposas en el estómago al mirar a los ojos a esa persona especial. Mucho menos creía en los irregulares latidos que daba el corazón cuando dos labios destinados se unían, todo eso solo existía en los libros de princesas, en las telenovelas y en los fanfics que acostumbraba a leer y ver. Simplemente lo pensaba imposible. Claro... hasta conocerlo a él.