Y ahí estaba, en el suelo de aquella habitación algo fuera de razón gracias al fuerte golpe que el pelinegro planteó en mi cabeza. Con las pocas fuerzas que tenía, logré arrastrarme por el frío y astilloso suelo de la oscura y tenebrosa habitación hasta llegar a la puerta y tomar la perilla para salir de aquella hórrida escena. - ¿A donde crees que vas he muñeca? - Dijo el pelinegro con una voz pícara y enferma. Dicho eso, dió un par de pasos hasta llegar a mi para luego sujetarme del tobillo y arrastrarme con fuerza por el suelo astilloso de la pieza hasta alejarme lo suficiente de la figura oscura y rectangular a la cual llamaba "Mi salida". Se posicionó sobre mi de una forma que impedía que hiciera algún movimiento, solo podía verlo, gritar y llorar del pavor que me provocaba el verlo a los ojos de esa manera tan oscura y enferma. - ¿Que no entiendes Nae? No escaparás de nosotros.. Jamás - Afirmó Jimin dándome un golpe en el rostro dejándome totalmente inconsciente.