Sherlock Holmes lo sabía. Miraba por la ventana del departamento hacia la calle, la ciudad de Londres se veía gris por las enormes nubes amenazando con llover que se extendían por todo el cielo. El detective consultor lo sabía, su interés hacia John Watson se estaba convirtiendo en un problema. Miró la flor en su mano, frunció sus aguileños ojos, tosió otra vez y pétalos blancos salieron de su boca. Eran Claveles blancos. Espero que les guste este pequeño One-Shot. Si les gusta este contenido por favor dejen comentarios y la temática que quieren que escriba. Los amo!