Existen personas que nos dejan huellas imborrables, que llegan a ser aquello que nunca pensaste ni quisiste que fueran (unos desconocidos), que nos han lastimado tanto que maldices no poder odiarlas, pero al final entiendes que esas mismas que un día nos cortan las alas, son las mismas que no enseñan a volar, que nos vuelven tan fuertes, hasta sentirnos luego de la derrota casi invencibles.