Han pasado varios meses desde que Hugo vio por última vez a "Catarina"; así bautizó al recuerdo de Khal que tanto apreciaba, aquel Khal inocente, amable y con un alma, aunque no ciertamente pura, indiscutiblemente fuerte y llena de paz. Paz de la que se aferraba cada día Hugo para ser un poco mejor, aunque muchas veces solo terminaba hundiendo aquello que más amaba. Lamentaba haberse dado cuenta de ello tarde pero ya no había nadie a quien pedirle perdón, sí, allí frente a él estaba Khal, pero no Catarina.