A diferencia de los profetas de las demás religiones, Swain no se caracterizaba por ser un ser bueno y correcto. Más bien si tenía un lado puro, pero otro realmente obscuro. "Todos tenemos una doble personalidad, una en mayor medida que otra" Su poder de convencimiento rebasaba todos los límites conocidos, no existía persona que no admirase su palabra Claro está que existía una grieta muy grande entre los que preferían su bondad, contra los que admiraban su perversidad. Por consiguiente se formaron dos facciones que combatían ya no solo a nivel ideológico, sino en guerras por intentar que su deidad sólo se entregase a un bando.