En su regazo un niño de cabellos dorados movía sus caderas en un torturador vaivén lento.
ㅡVamos papi, enciende otro.
El maldito era su puta perdición.
En su regazo un niño de cabellos dorados movía sus caderas en un torturador vaivén lento.
ㅡVamos papi, enciende otro.
El maldito era su puta perdición.
Ambos viven en la masía.
Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado.
Y ella no piensa nada bueno del él.
Pero todo cambiará tras un trabajo de historia que por suerte o por desgracia tendrá...