Grité su nombre al viento. Gotas de lluvia se deslizaron por todo mi cuerpo y el de él como si de una señal se tratase. Ambos terminamos en una bahía de deseos inesperados, gozando de las olas y su cercanía, perdiéndonos en la lejanía, donde el sol se esconde, y no hay retorno, ni salida. BORRADOR Escrita por Rosina.