Un sonoro golpe me sacudió haciendo retumbar mis huesos en dolor, se quebrajan y desencajaban, aun no podía creer lo que había pasado, como una persona que decía amarme tanto pudo hacerme esto, el recuerdo de sus ojos verdes desencajados y su piel pálida desgarrándose aun es vívido. Nunca fui buena controlando mis emociones... en mi ultimo suspiro odié a mi acompañante y a mí misma de una forma tal que no existía nada más, cada nervio y órgano de mi cuerpo se tensaban al solo pensar en que todo pudo ser distinto, pero aun así no esperaba convertirme en una de ellos y vivir esclavizada a los minutos que contemplé sus intensos ojos azules. NO ES UNA HISTORIA DE AMOR.