Emma, conocida por todo su barrio por ser una inocente chica de 16 años, escondía un pequeño secreto, que absolutamente nadie conocía, claro, hasta que llegó Matthew, el milagro pero que lamentablemente la manera en la que se conocieron, complicó su situación. "El chico que odiaré por el resto de mi puta vida", repetía Emma en su mente, completamente equivocada.