Cuando todo te ha ido mal en la vida, lo menos que necesitas es que continuamente te digan que necesitas recomponerte y pasar página. ¡Cómo si fuera fácil! Samantha estaba muy harta de escuchar siempre lo mismo. Llevaba 5 años que vivía sin vivir. A duras penas, compadeciéndose de sí misma, pero sin dar lastima, eso no iba con ella. Lo cierto era que podría echarle la culpa a una sola persona de su estado actual. Pero no sería del todo justo. Había perdido a muchas personas en el camino, y aunque ÉL había sido gran parte de esas perdidas, no sería razonable hacerle cargar con todo el muerto. Nunca mejor dicho. ÉL. Aquél que llevaba 5 años sin ver. Y ni quería. Aquél que aparecería un día por su casa, porque sí y volvería a poner patas arriba su vida. O a devolverle la vida, según se mirara. Samantha estaba rota ¿sería capaz ÉL de reconstruir los pedazos, que una vez él mismo rompió?