El conocimiento de sus hallazgos le revolvieron el estómago, y una punzada de dolor se instaló en su pecho ante la sola mención de Kohaku. Xeno se convirtió en el verdugo del infierno al que lo arrastró debido a sus ambiciones, pero Senku estaba dispuesto a lo que fuera con tal de salvar a su familia de esa horrible pesadilla.