Todos hemos tenido esa típica compañera que parece perfecta, hasta cuando respira. No importa dónde, ella siempre parece perfecta, al igual que una muñeca. En la escuela, en la calle, en el supermercado, en su casa. En todos lados. Su sonrisa parece iluminar el día y su risa ni hablar. Cada aquel que la conoce la adora al instante. Pero... ¿Qué pasa cuando detrás de toda esa fachada hay alguien que sufre día a día?
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