Delante de un casino había árboles, algunas sillas, estas eran para aquellas personas que se sentían perdedores, no solamente del juego sino de la vida misma en lo más oscuro de la noche caminaba una muchacha delgada con su querido instrumento a lo lejos se le oía decir, "me dejaste abandonada.... nunca estuviste ahí cuando más lo necesite" la voz se le quebraba cada tanto. se acostó en lo profundo del pasto, esperando a que la noche terminara para ir a hacer lo que tenía que hacer De repente alguien le toco el hombro: