𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐭𝐞𝐧í𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐫 𝐥𝐨𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐨𝐛𝐚𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐚𝐬 𝐚𝐡í. Aila Shephard soñaba con vivir una vida de ensueño donde nada podía salir mal. No fue hasta la muerte de su novio lo que le hizo darse cuenta de que, en su mundo, aquello no podía ocurrir. Una quedada bajo un limonero, una llamada y tres palabras fueron las tres cosas que (no) necesitaba para que su destino no fuera como el que esperaba. ¿Sería capaz de olvidar esos ojos ámbar de los que tan enamorada estaba y hacer frente a lo que la vida le ponía por delante? ⚠️ATENCIÓN⚠️: este libro contiene escenas de violencia y acciones moralmente cuestionables. No imitar bajo ningún concepto. Portada hecha por @eri_lovely_