Esta es mi triste historia, soy Paola Liconport, única hija hembra entre tres odiosos hermanos y una madre demasiado aprensiva. Mi vida nunca fue colorida, lo reconozco, nunca fue la mejor de todas, tenía un trastorno bipolar y una enfermedad en el corazón que me prohibía de muchas cosas. Para esa enfermedad no había cura, decían, no podía llevar una vida normal, no podía nada, tenía reglas, muy estrictas, pero todo cambió aquel ocho de diciembre cuando mi madre viuda hacia ya par de años nos presentó a su nueva pareja, nuevos miembros en la familia, alguien más a quien conocer, cosa que no me importaba porque era antisocial. Ese día mi vida cambió, el la hizo cambiar, el hizo estragos en ella, tantos que ya ni yo misma me conocía y tiempo más tarde ya me encontraba en el sitio que menos esperaba siendo la esposa de la persona que menos creí y sin oportunidad de escapar.
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