De acuerdo a las diferentes circunstancias de la vida muchas veces hay sueños que quedan inconclusos. La vida nos lleva a cruzarnos con gente con los mismos sueños. Algunos, por envidia, tratan de derribarlos a toda costa. Otros, sin embargo ofrecen una mano de ayuda para que la llama del sueño siga viva. Ningún sueño muere, es eterno.