Podía escuchar claramente sus jadeos y sentir sus manos apretando mis caderas para evitar que me aleje de ella. Podía notar como perdía el control en mi cuerpo, al punto de que mis manos se posaron en su cuello buscando profundizar mucho más aquel beso lleno de rabia y deseo. Muchas preguntas sin respuesta estaban en mi mente en ese momento ¿En qué iba a acabar esto? ¿Que iba a pasar después? ¿Cómo era posible? Solo me quedaba aceptar que había caído en la trampa de Olivia Armstrong y que no quería salir de ella en mucho, mucho tiempo.