Un policía. Una veterinaria. Un chico seguro de sí mismo que se desvive por el trabajo sin vida personal. Una chica de alma libre, atada al pasado y sin querer ver el futuro. Al principio, ninguno de los dos creyó posible que sus caminos paralelos en algún momento se iban a cruzar y mucho menos trece años después. Vidas totalmente distintas, dos personas que son como el color blanco y el negro, el agua y el aceite, el ying y el yang. Por alguna razón, una pareja totalmente diferente, pueden encajar a la perfección. Por suerte, existen las segundas oportunidades que a veces hacen que la historia sea una versión mejorada.