ㅤㅤㅤㅤ«¿Si me hiciera uno con las aguas todo estaría bien?» Cuando el tercer acto sigue su rumbo, como una sombra detrás del escenario la hija nacida de las aguas que dan vida a la tierra, entiende que mientras siga atada a aquello que de nacimiento le dio mala suerte nunca podrá renunciar a el papel que ha estado actuando estos últimos mil años de existencia. Es la entrada en escena de una esperanza para el futuro, que los dioses volverán su rostro a ella pues cargaba con la oportunidad de que la humanidad diera un paso más para asemejarse a sus creadores. Un regalo divino, ansias de libertad y el agua que nutre la fértil tierra. Las sobras del pasado se hunden en el agua, ahogándose y sin oportunidad de salir a menos que uno mismo meta las manos. Los dioses trazaron injustamente un destino para aquellos inferiores con tal de que los venideros disfruten de algo para alabarlos, pero así como existen aquellos dioses que son completamente divinos también están los que ven a la humanidad bajo una mirada compasiva. ─────────────── Segunda parte de «Ocean Eyes»