"Un día estaba muriendo de fiebre amarilla y al otro estaba despertando de entre una pila de cadáveres y alimentándome de ellos". Manuela Altagracia y García no tenía grandes planes para su vida más allá de lo impuesto socialmente, pero cuando el vómito negro se propaga intensamente por la ciudad de Buenos Aires y un extraño la visita durante las noches de convalecencia, algo oscuro está dispuesto a hacerse con ella.