Larga vida a todo. Menos a la maldad. Maldito sea el día que la crearon, pero cuando se trata de venganza tal vez tan mala no era, es y será. En nuestra alma siempre existirá, tanto el bien como el mal. Tenemos virtudes e igual estupideces, puede que suene mal. Pero eso es un ejemplo que fácil se entenderá. La venganza nos ciega, nos vuelve locos, nos quita, pero lo más importante... nos satisface. No de la mejor manera, pero aún así no tenemos que cuestionarnos la razón por la que fuimos traicionados. Todos somos un error. Menos las fraternidades. Siempre hay un fallo en el sistema. Nosotros somos el fallo... el universo, al parecer el sistema. La fraternidades nos unen, o eso nos hacen creer. Cada quien tiene su actitud, solo hay que ver quién hará la maldad más grande de todas.