En una lejana localidad, el desborde de un rio estancado encadena una serie de hechos que pondrán en tela de juicio la naturaleza humana. Ana, una niña obsesionada con un limonero, cuestionara su propia inocencia y sueños; mientras enfrenta un mundo corrupto. Al despertar en medio de un sueño, no importa lo fuerte que cerremos los ojos, probablemente nunca volvamos a él. Se desplazará de nuestras manos, como un manto liviano que por su propia masa es imposible de agarrar. Yacerá libre, lejano, regresará cuando quiera hacerlo. - ¿Cómo continuaremos sin él? - preguntaremos. - De la misma manera que él sin nosotros. - suelo responder. Puede, que el simplemente hecho de pensarlo, vivirlo, aunque fuera de forma distante, marque las huellas que han de seguirse para su realización.