"La mente era una criatura caprichosa e indisciplinada. No se la podía mantener siempre sujeta con la correa y ella no paraba de hurgar entre los matorrales del pasado, exhumando algún que otro hueso carcomido de la memoria y trayéndolo, sin dejar de menear la cola, para depositarlo a los pies del dueño" ~David Lodge~.