El proceso era lento, cuidado, pensado. Bocetar la idea en una hoja cualquiera, transcribirla al papel principal, no era algo sencillo de hacer. Había siempre un momento y un lugar específico para forjarlo. ¿Por qué el modelo inexistente de sus pinturas tenía el mismo rostro? Una y otra vez... una y otra vez. Cientos, doscientos, trescientos bosquejos que mostraban al mismo sujeto, que al igual que él, no tenía nombre. One Shot || Larry Stylinson
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