Alexa: más de seis años han pasado y a veces pienso que eh tomado todas las decisiones equivocadas. Por temor a ser lastimada, deje escapar las oportunidades que la vida me dio para remediar el más grande. Esa carta que le escribi a Gerardo al irme a Nueva York. Pero el tiempo no regresa y nada es para siempre. Mucho menos el silencio. Hoy lo volví a ver después de 6 años y aunque había muchas cosas que debi decirle, no lo hice. Tal vez sea mejor así. Pero entonces porque precisamente cuando lo iba a ver tuve este sueño tan extraño de que estaba con el? Nada me hubiera gustado más que haber realizado ese sueño. Pero hay sueños que solo quedan en eso. Aunque la vida como hoy la conozco está por dar un grande cambio. El pasado regresa y esta vez para quedarse. Nada es para siempre. Ni el adiós, ni los secretos ni la distancia. Gerardo: la quise, pero no supe darme cuenta a tiempo del amor que sentía por ella. Hasta que se fue. Decidió dejarme y buscar su felicidad con otro. Al saberlo, me llene de coraje contra ella. Pero luego entendí que todo había sido por mi culpa. Por no valorar su amor. La perdone, porque después de todo ella tenía derecho a ser feliz. Lo que nunca imagine fue verla después de 6 años. Con una familia, su hija. Una niña preciosa que hubiera sido mi hija si las cosas hubieran sido diferentes. Y ella, embarazada. Tan hermosa como siempre, pero en su mirada ya no había ese brillo que tenía cuando me veía hace años. Nada es para siempre y su amor tampoco lo fue. Pero que hago yo con estos sentimientos que regresaron a mí como un huracán? Sin avisar y sin poder evitarlo. Ese amor que solamente a ella le pertenece.