''Las seis, las seis; las cuatro, las cinco, las seis. ¿Puedes oírnos? ¿Puedes oírnos? Serán siempre las seis. ¿Puedes oírnos? ¡Puedes oírnos! A los pies de tu cama a las seis.'' Ana ha cumplido un año fuera del hospital y aún no puede dormir. Entre la anorexia, la depresión, una nueva vocación literaria y pesadillas a montones, será Mónica ahora, desde el psiquiátrico, quien tome el control de su vida. Ansiedad, miedo y sombras se amarrarán a sus huesos... Siempre es de noche en su mundo y Mia vuelve a la ciudad. Ana no sabe escribir punto y final, y definitivamente se ha perdido en el laberinto. Segunda parte de TODOS LOS PUENTES ESTÁN ENAMORADOS DE UN SUICIDA. Próximamente a la venta.