Alfred le había dejado plantado por irse a emborrachar a quien sabe dónde y quién sabe con quien. Para colmo, el americano le llamaba insistentemente, entre broma y en serio. Arthur estaba llegado al límite de su paciencia. Esto dio como resultado un cejon enojado y sin humor de aguantar las tonterías. Sin embargo Alfred demostró de otra forma su amor, era un completo imbécil. Pero a fin de cuentas le quería con todo el corazón. Los personajes no me pertenecen. La historia si. Si no te gusta el amor entre hombres y no conoces hetalia este one-shot no es para ti.