«Queridos Gray y Juvia, bueno, Gray en este caso. Cómo podrás notar, te hemos encerrado con Juvia en el armario por una simple razón que ayudará a la humanidad. ¡Ya es hora de que des el primer el paso! ¡Por eso te ayudaremos, te queremos mucho, nakama! •¿La misión?: Pasa el día completo encerrado con Juvia. •¿La única forma de salir?: Tener sexo con Juvia.» ¡¿QUE?! «Nadie sabrá más detalles, pero nosotros sabremos si fuiste amable o no con Juvia. Si llora, date por muerto.» Eso decía la carta. ¿Cómo demonios pasó esto? ― ¡Gray-sama! ―y Juvia no esperó ni dos segundos para abrazarlo. ―Demonios... ¡Déjenme salir! ―y golpeaba y golpeaba, escuchando las risas de todos. ¡Malditos!― ¡Abran las malditas puertas!