Quiero ponerme seria un momento para decirte algo, y es que estoy profundamente agradecida contigo por todas esas veces que, directamente o de manera indirecta, me has sacado de las nubes que atormentaban mi cielo.
No sabes cuántas veces tus chistes, nuestras conversaciones o tonterías me han salvado de caer, o han calmado ese estado ansioso que me golpeaba. Abrazarte fue una venda en el corazón, y sé de sobra que no será el último y mucho menos.
Eres mi mejor amiga, mi nenita que, aunque viva en el norte, está todo el tiempo a mi lado. Estoy súper orgullosa de ti, de tus logros, tus esfuerzos... Hasta de tus caídas de las que te levantas más fuerte que anteriormente.
Te quiero con el alma, porque esa nunca muere, mi María. ♡