Sanyaia Flem

Como un halcon vuelo al aire libre y nada es desconocido a mis ojos. Teniendo los ojos altamente evolucionado veo a grandes distancias independientemente de la lejanía.  No soy un ave ordinaria, pues mi ojo no solo ve a distancias muy lejanas, sino que ve a través de las paredes y los obstáculos. También volando atravieso las paredes. Soy super veloz, nada me atrapa. Mi pico es muy filoso y corta todo lo que se me interpone. Tengo hermosas plumas  qué cautiva a las demás aves. Mi mejor amigo es un elefante y  Aveces cuando estoy cansado de tanto volar por el cielo reposo en su espalda. Su piel es impenetrable, su fuerza es descomunal, con su trompa alcanza las altas frutas de los árboles. Su piel resiste todo tipo de flechas. Da igual donde pise pues sus pies son muy fuertes. Sus enormes orejas hacen escuchar ruidos lejanos y difíciles de escuchar.  Cusndo el bosque se incendia por violentos rayos  el se convierte en el refugio de los animales más pequeños. En resumen, mi mejor amigo, el elefante, no tiene ningún obstáculo, es libre, nada lo detiene, nada le hace daño.

Tengo otro amigo, que es un arroyo. Siempre tiene agua fresca y limpia, nunca le hace falta nada, todo llega a el a través de las altas montañas. Tiene una cascada qué bate el agua formando pequeños alcorisis. Abundante es su agua qué la comparte con todos los animales del bosque. El sonido de sus aguas parece una hermosa melodia, y muchas diosas del cielo descienden, se bañan y bailan. Es un lugar de descanso muy oculto. Es difícil de encontrarlo, esta en lo más profundo del bosque. Entre los que logran encontrarlo son personas muy inteligentes, o son personas favorecidas por los dioses. Se dice que las aguas de este arroyo hacen crecer el triple de veces más rápido culquier cultivo. Se dice que con solo una gota de esta agua la piel se vuelve joven y sana y por lo tanto se goza de una larga vida. Por lo tanto tiene el poder milagroso de curar y sanar cualquier enfermedad y malestar.