McFassy

A veces me imagino paseando a lomos de un caballo por las calles de Wyzima pero a quién quiero engañar, al final siempre acabo yendo a pie. Ayudo a prostitutas, mercaderes, nobles, sicarios y alquimistas para luego recibir unos malditos orens a cambio. 

En mis ratos libres paso por la Cantina de Chalmun para beber uno de sus mejunjes exóticos, vigilando de cerca a un joven Han Solo mientras le reparto cartas a Boba Fett, trabajando de cazarrecompensas después de matar al Sarlacc.

Otras veces me imagino montando en una moto robada a algún vampiro despistado, que probablemente acabará convertido en rata después de toda la cantidad de cócteles que se ha tomado.

Pero dónde de verdad me gustaría estar y no solo en mi imaginación, es en el asiento de un Impala negro del 67', escuchando los viejos éxitos del rock and roll mientras meto otra marcha ante la atenta mirada de un Winchester.

Qué puedo decir sobre mí, además de que mis dedos escriben pecados inevitables y que mi musa viste una chaqueta de cuero y unas botas llenas de barro. Este maldito ser llamado Dean suele pedirme que escriba sobre él en una cama junto a una pelirroja auténtica ya que le gustan las pecas hasta en el culo.

Pero suelo evadirme siempre en mi puro frikismo, entre miles de "Iré a por otra botella" escritas por Bukowski y en ese play que pone en marcha otra de las joyas del cine independiente.

Lo siento Dean, otra vez será. Aunque prometo que algún día te haré sentir cómo en una película de Guy Ritchie, dónde salgas bien parado.

O quizás no.