A veces, el amor es como una competencia. Tú luchas, dejas todo de ti por ganar ese primer lugar, ¿cuál sino es el único que puede llegar hasta tú corazón? Pero entonces, una vez has alcanzado la cima, dejas de ver todo el esfuerzo, ignoras todo por lo que has pasado, y sientes que por ya haberlo logrado, necesitar enfocarte en una meta más grande, no necesariamente en el mismo ámbito. ¿Por qué la comparación? Soy alguien muy competitivo, pero también alguien que valora mucho los sentimientos. Si me estás leyendo, te pido que por favor valores esos pequeños mensajes; los emojis lindos que te envía. No dejes que algo tan simple como lo pueden ser unos cuantos países de distancia, o ciudades, o murallas. Por favor. No te rindas. Si sientes que esa persona vale la pena, da todo de ti. Si ganas el primer lugar, ¡felicidades! Entonces has hecho un buen trabajo y no has mirado atrás durante el proceso, pero ahora que lo lograste, te pido que mires todo por lo que pasaste para llegar hasta donde estás ahora. Para aquellos que, desafortunadamente, no hemos llegado a ese primer lugar, les aseguro que no será la primera vez, y no lo digo por desanimarlos, sino para alentarlos a dar más de ustedes. Que por perder una batalla no pierdes la guerra, o más lindo aún: "por perder una vez no quiere decir que será para siempre, míralo como una práctica para la siguiente ronda, porque en el amor, las vidas del juego son infinitas"
;) Les dejo esa frase que se me ocurrió mientras escribía esto para ustedes.