El clima era agobiante. Extrañaba las brisas refrescantes que traía diciembre, aunque quizá para otros odiosas. En su caso el invierno era su temporada del año favorita. Su vista vaga por el lugar topando con el contrario. Muestra una sonrisa amistosa y se acerca elevando su palma como saludo.
—Hola —extendió su mano, ofreciendo una figura de un dragón blanco tallada en madera—. Bienvenid@, espero disfrutes tu estadía —