En estos últimos días no he tenido cabeza para nada, ni siquiera he sentido el deseo de leer (cosa que para mí es casi un vicio, una obsesión, pese a que en mi casa ya no caben tantos libros).
Mi mente y corazón están con las personas afectadas por todo lo que está aconteciendo en mi ciudad y, bueno, casi todo el país especialmente en zonas azules.
Lamento mi falta de actividad pero, como lo dije en el anuncio anterior, no puedo quedarme sentada viendo como todo se desmorona.
Quién sabe cuánto dure esto, y lo único que resta es luchar.
Apenas ayer me enteré de que muchas personas que conocí por este medio, sin importar su estatus ya legal, también han sido arrolladas por las injusticias que actualmente se viven y que estamos viendo a diario.
Imagínate que tus vecinos, amigos, compañeros de trabajo y gente que conoces están siendo atacados incluso en sus propias casas o sacados de sus coches… Esto es demasiado triste.
Solo pasaba a reportarme y a decir que seguiré ausente, hasta que esto se calme.
