Sabía que iba a doler
como cuando pones el brazo antes
de que te atravise con la aguja y te extraigan sangre,
como cuando respiras hondo
después de un anaque de ansiendad,
como cuando bebes el último trago de alchol
y te vas a dormir
o como cuando te golpeas y sigues caminando
con la herida latiendo.
Sabía que iba a doler
y aún así saqué mi corazón,
lo puse en tu mano,
y cerré los ojos.
Amor y Asco
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