Verdades y Resoluciones

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Huir de lo que era un loco alien de color rosa que tenía cuernos en la cabeza no era lo que ella tenía en mente cuando vino a este maldito planeta.

Twilight volteó un poco la mirada para ver si ese sujeto lo estaba siguiendo... Era obvio que era así. El muy hijo de su madre los seguía, se le veía furioso. Además, era muy veloz. Más que ellos.

-¡Nos está alcanzando! – Gine miró hacia atrás, su cara mostraba el pánico que sentía.

Gohan no dijo nada, tenía al niño que acaban de salvar en sus brazos. Es más, puede jurar que siente que la respiración de ese sujeto estaba en sus cuellos. Debe ser cosa de los nervios que siente en estos momentos.

Krillin sabía que la acción en si fue una idea mala. Muy mala. Es más, jura que Twilight tiene cara de estarse arrepintiendo de lo que acaba de hacer. Pero en eso, se le ocurrió una idea. Algo que puede sacarlos de este maldito embrollo. Y a la vez, puede hacer que les de tiempo de moverse a mayor velocidad.

Ojalá sirva...

-¡Cierren los ojos! ¡Todos!

Todos lo miraron con sorpresa y algo de duda. Pero a la vez, había algo de entendimiento. Debe de tener un plan. Por lo que lo hicieron a pesar de seguir su vuelo. Krillin volteó a ver al sujeto ese, quien ya estaba a unos pocos metros de ellos. Estaban a su alcance, por lo que... Puso sus dedos en los lados de su frente y...

-¡Taiyo-Ken!

El destello de luz que salió, fue tal que Dodoria, al tener los ojos totalmente abiertos, sufrió de lleno el destello en los ojos, eso hizo que este se retuerza del dolor por la ceguera que ahora tenía. Esos malditos terrícolas.

-¡Miserables!

-¡Vámonos! – Twilight dio la orden a todos, incluido sus hijos, para que salgan del lugar a toda velocidad.

Usaron sus auras para poder irse a mayor velocidad, dejando a Dodoria en su lugar, quejándose del dolor. Es más, este pudo jurar que oyó la voz de la maldita mujer que destruyó sus rastreadores. Ya se las pagaran... Lo jura.

-Vaya... Veamos que nos trajo... la marea.

Dodoria, con su visión en un mejor estado, se sorprendió al ver a Vegeta, quien sonreía con confianza. El Saiyajin solo tenía una cosa en mente ahora... Venganza.

...

A la lejanía, Twilight les ordenó a todos que vayan al suelo, porque había sentido la presencia de Vegeta cerca de ellos.

-¿Por qué bajamos...?

-¿Qué no lo captas Gine? Vegeta está muy cerca. Dudo que quieras que nos descubra.

La niña miró a su hermano con duda, no entendiendo el porque de la preocupación. Si aún con el rastreador no debería saber donde...

-Dudo que Vegeta no haya aprendido a sentir el Ki. – Twilight se limpió el sudor de su cara. Esa experiencia fue de las más difíciles de su vida. – No volveré a hacer algo así mientras viva. Jamás.

-Jajaja. Admito que fue un plan loco. Pero funcionó muy bien. – Krillin solo pasó a ver al pequeño que habían salvado, el cual los miraba con suma precaución. – La verdad, no me sorprende que tenga esa actitud con nosotros.

-Si... Somos unos extraños...

-¡Hola, mucho gusto!

Tanto Twilight como Krillin tuvieron una gota de sudor al ver que Gine saludaba con mucha energía al pequeño Namekuseijin, quien se mostraba algo confundido y hasta asustado por la actitud de la niña.

Dragon Ball Z: La familia SonWhere stories live. Discover now