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Fresca mañana que pinta aun muy fría, me he despertado muy temprano y desayuno con Joon

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Fresca mañana que pinta aun muy fría, me he despertado muy temprano y desayuno con Joon.

— ¿Qué tal dormiste Joon?

—De maravilla. Por cierto, hable con mi madre y dice que está en New York y quiere verme. Iré por la noche con ella si te parece.

—Sabes que no hay problema con ello.

—Buenos días—la voz de Henry se hace presente en el comedor donde desayuno con Joon. Ni siquiera lo miro. Se sienta a mi lado pero sigo enojado. Tiro mi periódico en la mesa y me levanto del comedor excusándome y le digo a Joon que lo veo en la oficina.

— ¿Podemos hablar?—el llamado de Henry detiene mis pasos a la oficina a medio salón del comedor.

—No sé qué haces aun en mi casa. Creí haber dejado muy claro que le devolvía la palabra del compromiso a tu padre. Lárgate infiel.

—Por favor—su voz se quiebra. Lo siento ahora detrás de mí y lo escucho sollozar. No me giro, que sufra. Seguro su padre le dio un buen llamado de atención. —Mi padre me dijo cosas muy hirientes anoche. El jamás me había hablado así. No debió decirle eso, no debió porque él se ha puesto muy mal  y está muy enojado conmigo. Me dijo que debo arreglar esto con usted o que me olvide él. Sepa que no lo hago por el hecho de haber besado a Vanesa pues estaba  ebrio maldito estúpido. Si le suplico me perdone por lo que hice, es por mi padre. No quiero estar así con él.

Me giro para verlo cara a cara y está hecho mocos, llorón y con la cara que podría comérmela a besos. Tan lindo y tan llorón pero en serio estoy muy enojado.

— ¿Me estas pidiendo perdón por haber besado a esa imbécil?—asiente ante mi pregunta con la cabeza baja lloriqueando. Levanto su rostro por el mentón y no sé cómo es que me aguanto de no saltar sobre su boquita y comérmela de un mordisquito y muchos besitos. —Te perdono con una condición.

— ¿Cuál?

—Iremos a ver a tu padre y le diremos que todo está bien y que te he perdonado porque nos amamos. Te portaras re lindo conmigo y serás un amoroso prometido que me ama. Iremos con unos amigos más tarde a beber unos tragos, te dejaras follar rico y en cuatro sobre mi cama. ¿Entendiste?

Trinca la mandíbula, traga duro, resopla y rueda los ojos. Lo hará, lo sé. Si se niega le va a ir muy mal.

—Lo odio.

—Ya lo sé dulzura y como ya también sabrás, me importa una mierda. Ahora ve a cambiarte que te espero en el auto para ir a ver a papá que debe estar muy enojado contigo.

Y se va muy encabronado a cambiarse el pijama, lo sé. Joon me mira y no puede evitar reír por lo bajo. Le doy indicaciones que iré solo con él a casa del señor Miller y que me consiga el condenado teléfono. Henry no tarda en bajar y ya lo espero arriba de la limusina. Nos vamos a casa de su padre.

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